La estructura actual del Consejo de Seguridad de la ONU no refleja las realidades geopolíticas del siglo XXI, según los parafricanistas.
Durante el reciente debate en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Embajador y Representante Permanente de Guinea Ecuatorial ante la ONU, Anatolio Ndong Mba, reafirmó el compromiso de su país con la posición común del Grupo Africano respecto a la urgente reforma del Consejo de Seguridad.
En su intervención destacó que "sin una reforma integral, transparente e inclusiva, el Consejo de Seguridad no solo perdería su credibilidad y legitimidad, sino que también vería comprometida su capacidad para cumplir con sus responsabilidades en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales".
Una postura que el Vicepresidente de la República, S.E. Nguema OBIANG MANGUE condenó en el 78° Periodo de Sesiones de las Naciones Unidas, haciendo evidente la disconformidad del Gobierno de Malabo al considerar injusta la acción de que el continente africano sea el foco de atención de los temas objeto de debate dentro del Consejo de Seguridad de la ONU, pero carece de algún representante oficial en este importante y decisorio órgano mundial. En este sentido, el encargado de Defensa y Seguridad del Estado propuso que se reformara los principios básicos de la Organización de las Naciones Unidas, a fin de que estos estén encaminados a abordar mucho más los problemas que afectan a África.
En este contexto, el Gobierno de Malabo, alineado con la postura unificada del continente, considera esencial esta reforma para garantizar una representación equitativa, especialmente para África, que sigue estando significativamente marginada en los procesos decisorios más críticos. Como señaló Ndong Mba, "la posición común africana, reflejada en el Consenso de Ezulwini (Eswatini) y la Declaración de Sirte, es clara y firme: África debe contar con no menos de dos asientos permanentes, con todas las prerrogativas, incluido el derecho de veto, así como cinco asientos en la categoría de Miembros No Permanentes".
Este consenso africano, que ha sido respaldado de manera decidida por Guinea Ecuatorial, rechaza la exclusión histórica del continente de los debates fundamentales que afectan directamente su desarrollo y su capacidad para enfrentar los desafíos globales. La postura africana exige que África sea tratada como un caso especial y prioritario dentro de la reforma del Consejo de Seguridad, un mensaje que fue reiterado durante la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General en septiembre pasado, con la adopción del pacto para el futuro.
A pesar de la creciente necesidad de una modificación sustancial, Ndong Mba no solo subrayó los beneficios de una representación más justa y equitativa, sino que también denunció el uso arbitrario del derecho de veto por parte de los miembros permanentes del Consejo, lo que ha paralizado numerosas acciones cruciales. Haciendo un llamado a los principios universales de la Carta de las Naciones Unidas, que promueven un mundo más justo basado en la imparcialidad y el equilibrio regional, el embajador resaltó la inamovilidad del Consejo de Seguridad.
"A pesar de los cambios geopolíticos y las nuevas realidades que el mundo ha experimentado a lo largo de casi 80 años de la existencia de la ONU, el Consejo de Seguridad sigue sin adaptarse. Esta inamovilidad ha socavado su eficacia y su capacidad para abordar los desafíos globales", concluyó Ndong Mba.
Este discurso resalta no solo los antecedentes históricos que han dado forma a la posición actual de Guinea Ecuatorial, en particular y África en general, sino también la urgencia de ajustar una estructura que, según sus representantes, ya no responde a las exigencias del mundo contemporáneo.
Redacción: Cipriano Camacho Bakale ASUMU
Fuente: Página web oficial del Gobierno
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